En la vecina localidad de Domselaar, a pocos kilómetros de San Vicente, se erige el Castillo Guerrero, una construcción que parece sacada de un cuento medieval. Levantado a fines del siglo XIX por la familia Guerrero, conserva el estilo gótico de inspiración europea, con torres, vitrales y muros que remiten a la nobleza de otra época.

Recorrer el castillo es realizar un viaje al pasado. Sus salones con mobiliario de época, la capilla interna y los jardines permiten imaginar cómo era la vida de la aristocracia argentina durante el auge agroexportador. La arquitectura, imponente y detallada, se combina con relatos históricos que vinculan a la familia Guerrero con la vida política y social del país.

El lugar puede visitarse en visitas guiadas que no solo muestran los rincones del castillo, sino que también revelan anécdotas, leyendas y curiosidades que envuelven a esta emblemática construcción. Los exteriores, con su parque arbolado, son perfectos para fotografías y caminatas.

Hoy, el Castillo Guerrero es un atractivo cultural y turístico que cautiva tanto a los amantes de la historia como a quienes buscan descubrir sitios distintos cerca de Buenos Aires. Con su mezcla de misticismo, arquitectura y relatos familiares, representa un patrimonio único de la región.